¡Ah..., Soy Humana! (efectos secundarios - parte 1)

Los días uno, dos y tres del primer ciclo de quimioterapia, es decir, el día de la sesión de quimio y los dos días siguientes, transcurrieron bastante bien. Estaba llena de energía y podía sentir las drogas corriendo por mis venas —sensación extraña, por cierto. Andaba de buen humor e incluso fui al gimnasio a entrenar como de costumbre.

¡Muy bien —pensé para mis adentros—tengo esto dominado! Con razón el Dr. K. dice que voy a tolerar la quimio sin problemas. ¡Definitivamente, puedo hacer esto durante seis ciclos!

Entonces llegó el cuarto día y, para la hora del almuerzo, supe que las cosas estaban cambiando...

Las náuseas aparecieron gradualmente y apenas logré terminar mi comida mientras almorzábamos en nuestro café habitual. Como experimento (y también por terquedad) pedí mi tradicional porción de torta de chocolate de la tarde (¡y me la comí!). No fue una buena idea… Para la hora de la cena, me sentía oficialmente mal. Y llegados los días cinco, seis y siete, me sentí realmente fatal.

Les voy a evitar el paso a paso, pero se resume más o menos así: las náuseas evolucionaron hasta convertirse en una sensación constante de "paren de mover el barco" y, para colmo de males, fui poseída por un ejército de síntomas de intoxicación (lo sabido, dolor corporal, debilidad, escalofríos y sudor frío). Siguieron corridas al baño ida y vuelta, para luego regresar a la cama y dormir.

La ansiedad me invadió una vez más...

¿Cómo puede estar pasando esto? En mi mente, basándome en los días uno, dos y tres, yo había resuelto que mi quimio-experiencia sería sin náuseas, sin molestias y sin sensación de enfermedad. ¡Al fin y al cabo, para eso que comencé mi blog de quimioterapia con estilo!

Ahora, en contra de mis planes, las náuseas, el barco en movimiento y los escalofríos me estaban dando un cachetazo y enfrentándome a la cruda realidad: ¡soy humana!

Esto me hizo pensar más profundamente... Quizás el problema sea el enfoque todo o nada.

Dicen que la verdad de las cosas suele encontrarse en el medio, y es posible que haya perdido de vista eso. En mi esfuerzo por estar lo más lejos posible del mito "quimioterapia significa desmoronarse", puede que haya creado mi propia quimera, donde esta quimio-experiencia sería pura energía y estilo. Sin embargo, al hacerlo, olvidé que el principio básico de esta quimio-experiencia es darle mi propio enfoque a las cosas, mi propio estilo, en tiempo real y no operando mentalmente en el vacío.

¿Y entonces?

Bueno... Abrazaré mi humanidad, sin rendirme al mito, ni caer en la quimera, y exploraré el espacio intermedio de mi quimio-experiencia. Puedo transitar este camino con una buena actitud, pero no puedo dictar mentalmente cómo se va a desarrollar. Y empiezo a entender que, si bien es bueno optar por no desmoronarse, este camino (de quimio y más allá) viene con altibajos que voy a tener que aceptar.